Cybercamp 2015


Ramón González Gallego, Capitán del Grupo de Delitos Telemáticos

Ramón González Gallego, capitán del Grupo de Delitos Telemáticos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil explica  que TOR se identifica con una cebolla porque el usuario va adentrándose en capas encriptadas que dificultan mucho la localización de los servidores y que alojan foros de usuarios y páginas de anuncios de todo tipo.En total, 410 dominios desalojados, entre ellos algunos tan populares como "Silk Road 2.0", con más de 150.000 usuarios y dedicado a la compraventa de droga, que ha sido desmantelado por el FBI.Sin ser tan importante la detención en España -el arrestado no deja de ser un timador que se jugaba el tipo al tratar de estafar a otros delincuentes más peligrosos que él-, el capitán de la UCO sí que pone en valor la investigación desarrollada durante meses que ha permitido descubrir dónde tenía alojado el servidor de la página y retirarla.

Una labor minuciosa, ya que la única manera de llegar hasta el servidor de esa web -alojada en un domicilio de un familiar del detenido que desconocía el hecho- era descubrir el archivo de claves que le permitían la gestión de esa web.González revela que el arrestado usaba TrueCrypt, una aplicación informática sencilla que sirve para cifrar datos que el usuario considere reservados, es decir, una especie de disco duro pequeño donde ocultar archivos.

La Guardia Civil descubrió que el detenido tenía camuflado en un archivo de música las claves para gestión esa web, en la que supuestamente ofertaba billetes falsos de 10, 20 y 50 euros a cambio de Bitcoin, divisas virtuales.

Su negocio era falso -la mayoría de los se ofrecen en la "deep web" no- pero el estar en la red TOR le daba credibilidad para sus potenciales clientes, señala González, que deja claro que el arrestado, sin ser el mayor delincuente que se mueve en la internet paralela, sí que tenía muchas habilidades informáticas.Había conseguido incluso descifrar el encriptado de los billetes de metro de Barcelona. "A efectos prácticos el ahorro que podía tener era minimo pero ser capaz de vulnerar la seguridad informática para acceder al metro no es desdeñable", subraya González que ya mira otros objetivos.

Y lanza una advertencia: "Ojo a quien esté en TOR y cometa delitos. No es impune".